Los caracoles (Helix aspersa) son una de las criaturas más tranquilas e inofensivas de todo el reino animal.
Estos seres son pequeños, lentos y carecen de la agilidad o capacidad física para defenderse, por lo que resultan ser la presa perfecta para muchos animales.
Entonces… ¿Qué animales comen caracoles?
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Animales que comen caracoles
Desde una perspectiva ecológica, los caracoles están ubicados al final de la cadena alimenticia, pues pueden ser consumidos no solo por animales de mayor tamaño, sino por otros de igual tamaño o hasta más pequeños como los insectos.
A pesar de la alta tasa de mortalidad que podría indicar una disminución significativa en la población de caracoles, su capacidad para aparearse varias veces al año les permite poner unos 100 huevos a la vez, asegurando así el equilibrio de la especie.
Depredadores del caracol
Entre los depredadores más comunes de los caracoles tenemos:
- Parásitos (ácaros, nematodos, trematodos y cestodos)
- Insectos (moscas, escarabajos, luciérnagas, orugas, ciempiés, milpiés, arañas)
- Reptiles (serpientes, lagartos, algunas tortugas)
- Anfibios (Los sapos comen caracoles, al igual que las ranas, sanguijuelas, salamandras)
- Aves o pájaros que comen caracoles (cuervos, urogallos, mirlos, búhos, lechuzas, halcones, patos, gansos)
- Mamíferos (Los gatos, los perros y los ratones comen caracoles; Los perros tal vez no se los coman como alimentos, sino más bien por curiosidad o territorialidad)
Las especies más pequeñas que comen caracoles se introducen por la abertura de su caparazón y comienzan a comerse su carne poco a poco, mientras que los animales más grandes prefieren aplastarlos o hacer agujeros en sus caparazones para después extraer sus cuerpos y devorarlos.
¿Los caracoles se comen entre ellos?
Un aporte interesante respecto a estas criaturas y sus depredadores es que se pueden comer los unos a otros. El caracol Rumina decollata así como el Haplotrema concavum (especie carnívora norteamericana) son una muestra de ello.
El humano, el mayor depredador del caracol
Aunque el género humano no podría considerarse como un depredador directo, representa una amenaza para esta especie, ya que los consumimos como una exquisitez, sobre todo las personas de clase alta. Al año, fácilmente se pueden consumir millones de estas pequeñas criaturas.
Esta variedad de caracoles para consumo humano se suele cultivar en fincas especializadas para su cría y reproducción.
Sin embargo, nuestra especie es un enemigo importante para estos animales; ya que aplicamos algunas sustancias tóxicas para alejar a estos animales de nuestros cultivos. Asimismo, algunas empresas provocan altos niveles de contaminación que contribuyen con la reducción de la población de caracoles.
¿Como se defienden los caracoles de sus enemigos?
Pero no todo es tan malo para los caracoles; un punto a su favor es que están diseñados para camuflarse y esconderse de sus múltiples depredadores.
La coloración marrón de su caparazón permite que estos animales se mezclen con la tierra.
También usan su caparazón para protegerse, manteniendo su cuerpo dentro, aunque muchos de sus depredadores pueden romperlos y luego comérselos.
La baba de los caracoles, es otro elemento con el que cuentan al momento de tratar de resguardarse de sus depredadores; aunque no ha sido comprobado que constituya un riesgo para sus depredadores ya que no tiene componentes tóxicos.
