¿De dónde es originario el San Bernardo?
El San Bernardo es un perro originario de Suiza. Más concretamente, de la montaña del Gran Monte St. Bernhard, en los Alpes, donde comenzó a criarse a mediados del siglo XII para ofrecer servicios de vigilancia y salvamento a viajeros que se perdían cuando había niebla y nieve. Las hazañas del San Bernardo fueron prontamente difundidas por Europa, convirtiendo a esta raza en una de las más apreciadas del continente.
Los San Bernardo son perros grandes y fuertes, pero muy ‘bonachones’. Dicen de ellos que son amigables, cariñosos, extrovertidos, nobles y muy fieles con sus dueños, tanto que se les conoce popularmente como ‘perros-niñera’.
Existen dos variedades de San Bernardo, la de pelo largo y la de pelo corto, aunque ambos comparten parecidas características físicas -incluida su imponente cabeza- y de comportamiento.
Los San Bernardo comen de forma abundante y necesitan espacio para vivir en plenitud. Conviene que realicen ejercicio frecuentemente y requieren además un aseo cuidadoso, lo que incluye el cepillado diario de su pelo y revisiones periódicas de la boca y los ojos.